Hace 20.000 mil millones de años, cuando la tierra era una gran bola de fuego, antes de los mamuts y el hombre EXISTIERON LOS DINOSAURIOS y más o menos en aquella época, un insensato amigo, un madrillego (mezcla de gallego y madrileño) chamado José Balmayor, me ofreció compartir su proyecto de llevar la cafetería restaurante Rias Bajas de la calle Bravo Murillo de Madrid.
Teníamos un cliente pintor de cuyo nombre no puedo acordarme que me contó como su
padre le llevo por primera vez al museo de El Prado. El niño maravillado y con la boca abierta al ver tanto talento y maravillosas obras embelesado. De pronto al ver el cuadro «Saturno devorando a un hijo» de Rubens él empezó a llorar en silencio.
Su padre le preguntó
«¿Hijo por qué lloras?»
y el contestó «Papá, lloro porque nunca podré pintar algo así, nunca seré como Rubens»
Siguieron la visita, con el padre preocupado porque veía la tristeza de su hijo, que parecía haber perdido todo el interés. Llegaron a la pintura negra de Goya, algo poco adecuado para un niño y menos para un niño sensible como él.
De pronto, frente al Saturno de Goya, el padre observo que la sonrisa volvía al rostro de su hijo y le preguntó
¿Qué pasa hijo, te gusta mas Goya que Rubens?
«No Papá, Goya no es ni de lejos Rubens, pero es Goya, y me he dado cuenta que aunque no podía pintar como Rubens, era sordo y otro montón de dificultades, Goya supo encontrar su propio camino. Ya sé que aunque no consiga pintar como Rubens, ni como Goya, puedo encontrar mi camino»
Esta mañana me he desayunado compartiendo con Carmen el video con el profesor Javier García Martinez acompañaba a los recien egresados de la Universidad de Alcalá de Henares y me he quedado con esa sensación de «¿Para que c… voy yo a hacer un video o escribir un post habiendo un tipo que explica las cosas así de bien? »
La respuesta está en el propio discurso «…sed ambiciosos, haced algo diferente, algo grande, algo que resuene en las paredes de la historia…»
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