Historia de un desempleado luchador.

Mi nombre es Rubén GA y hoy escribo mi primera entrada en entretrabajos. Por suerte, es una situación que he dejado atrás recientemente gracias a un proyecto llamado SIforTI, una consultora para TI.

Y digo por suerte porque es una situación que no deseo para nadie, ni aún si esa persona quiere.

¿Por qué? Muy sencillo de entender si estás o has estado en esta situación alguna vez en la vida, pero complicado si no has estado o te han dado una vida laboral fácil, bien sea porque te has encontrado con una empresa, o bien porque has tenido «padrinos».

Estar entretrabajos estresa si eres una persona activa, si necesitas ocupar tu tiempo. Te ves fuera de la rueda laboral y tienes miedo de que esta rueda te pise. Por el contrario, si lo que quieres es no trabajar, te hunde humanamente, aunque no te des cuenta.

Estar entretrabajos tiene varias fases, por las que hay que ir pasando, cada uno en sus tiempos y no necesariamente en el mismo orden. Es como un duelo por una pérdida de un ser querido. Nuestro querido trabajo.

Aceptación obligada.

notacafe_0Al día siguiente suena el despertador, como todos los días, exactamente a la misma hora. Y te has despertado un poco antes, como de costumbre, si es que has conseguido dormir. Y es en ese momento cuando te das cuenta

– «¿Qué hago hoy?».

Ya te lo digo yo, nada.

– «Aprovecharé unos días como si fueran vacaciones, que me las he ganado».

Y así empiezan tus «vacaciones», forzadas (o forzosas).

Rabia.

Pasan unos días y sigues de «vacaciones». En paro, que no parado. Le das vueltas a la cabeza, hablas con los tuyos de tu nueva situación, te dicen lo de que «la cosa está muy mal, por la crisis»… y te empiezas a asustar, más si cabe. Y es ese miedo el que te pone en estado de alerta y hace que salten todas las alarmas.

-«¡Estoy en paro!».

43438669-ilustraci-n-de-dibujos-animados-de-rabia-foto-de-archivoBuscas razones, explicaciones de lo que ha pasado; buscas culpables y te encabronas. Montas en cólera y arremetes contra lo que se cruza por delante porque la vida no es justa, porque «me han hecho», «me han dicho», «con todo lo que yo he hecho»… Solamente necesitas sacar los sapos y culebras que llevas dentro pero, consejo, escúpelos en casa.

 

Aceptación voluntaria.

Pues bueno, ya te has descargado, es hora de ponerse manos a la obra (si eres de esas personas activas, porque si no lo eres, seguirás de vacaciones). Y empiezas a dar vueltas, a mirar por Internet, a preguntar y hablar con conocidos y amigos de posibilidades, del mercado laboral. Y te vuelves a encabronar.

-«Es difícil, copón».

Correcto, nada es fácil (y menos en tiempos de crisis, que otro día ya escribiré sobre la crisis…).

Bienvenido al mundo real. Si te han regalado o has heredado una empresa, esto no lo entenderás (a no ser que te cargues la empresa y tengas que buscar curro, lo cual no te deseo porque lo vas a tener más complicado).

acepta_no_resignacion

Y empiezas a pensar en lo que tienes que mejorar, en lo que quieres hacer y a ver a la competencia. Estás solo contra el mundo.

Manos a la obra.

Y empiezas a luchar. Te levantas sin horarios, comes a deshoras, duermes (si puedes) cuando el cuerpo te lo pide… Pero no sirve.

Es hora de enseñar los dientes y las garras. Decides ponerte a estudiar algo, lo que sea, pero que te sirva en tu nuevo «plan». Mientras, sigues buscando trabajo, encargándote de la casa, de los niños… y cuidado, que el tiempo sigue pasando.

Y te plantas en 6 meses. Y tu cuota de desempleo se reduce. Y te encabronas. No llegas.

Y entonces dejas de enseñar los dientes y los aprietas, aunque encabronado. Eso si no abandonas en el camino, o si eres de los que prefieren seguir «de vacaciones».

Entrevistas, currículums, cursos, cursos, cursos…

Y han pasado meses, muchos meses, años. Tal vez ya ni tengas prestación por desempleo (si es que has tenido alguna ayuda, porque las personas entre 30 y 45, como son «autosuficientes»…) Y te encuentras con alguien. Los cursos son buenos para muchas cosas, encontrarse con gente entre ellas.

sec3b1al-de-trabajo

Y juntos, os ponéis manos a la obra. Esta vez de verdad, en serio. Con otra filosofía. Solamente vosotros sabéis lo que es no sentirse aceptado, solamente por ver las cosas de distinta manera a como se han hecho hasta ahora.

La rabia, la aceptación, la lucha… han quedado atrás. Sabes controlar tus emociones.

Te reinventas.

Emprendes un camino. Es otra lucha. Ahora los enemigos no son las emociones, no las entrevistas, ni tan siquiera tú mismo, que también (somos nuestro mayor enemigo).

-«Ya era hora, hacía falta algo así y alguien así». – Te dices y te dicen.

Empiezas a ser aceptado. Si, por aquellos que antes no te aceptaban. Ni a ti, ni a tu currículum.

Pero por el camino has aprendido y te has conocido. Has podido valorar. Quién, cuándo y cómo.

Suerte, caminante. Se hace camino al andar. Un aplauso para ti.

 

Gracias a Juan Nieto por permitirme escribir en su blog. Por abrir su blog al mundo.

Escribe, te ayudará.

 

 

4 respuestas a “Historia de un desempleado luchador.”

  1. Avatar de Silvia Sáenz García
    Silvia Sáenz García

    Resumen apropiado… Sólo una duda me correo por dentro… ¿Por qué no te ví nunca así de encabronado como te nombras?

    Me gusta

  2. Hola Silvia!

    No es Juan el que escribe, sino Rubén GA. Yo pasé la fase de encabronamiento y he aprendido a gestionar mis emociones, sobre todo, poniendo manos a la obra. 🙂

    Me gusta

  3. Avatar de piedad garcia de castro
    piedad garcia de castro

    Sé de lo que hablas Ruben. Lo he vivido. Pero lo importante es esa actitud y no rendirse nunca. Animo y adelante

    Me gusta

  4. Gracias Piedad. Vamos al lío 😁

    Me gusta

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Blog de WordPress.com.

A %d blogueros les gusta esto: