Según me he levantado le he dicho a mi hija María de 9.
- Papañoñomañanero ¿Sabes una cosa María?
- María con cara de «sé muchas cosas Papá» ¿Qué cosa?
- Papañoñomañanero Qué me alegro mucho de que te hagas mayor
- María con cara de «Papá necesitas un café» ¡Vale!
- Papañoñomañanero ¿Pero sabes otra cosa María?
- María con cara de «A ver por donde sale» ¡Dime!
- Papañoñomañanero ¡Qué me pone triste que te hagas mayor!!
- María pondría un par de emoticonos y un WTF enorme «Papá no te entiendo»
- Papañoñomañanero «Me pongo triste porque me gustas así de pequeñita, pero me pongo contento porque estas creciendo y te haces mayor muy bien. ¿Lo entiendes ahora María?»
- María con su sonrisa dulce y encantadora «Sí»
Igual que «Meterte donde no te llaman» o «Quien siembra…» vivimos en un mundo complejo, con realidades que tienen al menos dos caras, cuando no son complejos poliedros. Hay que aprender y compartir que la vida es así, la complejidad y las contradicciones no es que sean un problema es que son.
Así que igual que odio la colonización cultural que supone Halloween y el culto a lo feo y al terror que a veces subyace detrás, odio las nuevas modas comerciales importadas como el Black Friday (que de aquí a unos años me veo preparando Pavo como si fuera mi primo Gonzalo)
Así que hoy, viernes preparo una promoción especial en la que os pido que compartáis en un comentario alguna contradicción confesable.
Sorteo entre las respuestas un libro «Marketing de guerrillas»
Y por supuesto, todos los que dejéis comentario estaréis invitados a una próxima comida/cena en La Trastienda
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